Alimento
cardiosaludable por excelencia, los frutos secos no sólo son un snack o
tentempié, también pueden formar parte de diferentes platos o postres. Lo
recomendable es consumirlos en pequeñas cantidades, de 3 a 7 raciones (de unos
20-30 gramos) a la semana, y recordando que debemos consumirlos crudos en lugar
de tostados o fritos, y siempre que sea posible sin sal. En esta ocasión
nuestra propuesta son dos recetas que los incluye:
Ø Gachas
de castañas
Una versión diferente de las
gachas cordobesas, añadiendo un alimento típico del otoño-invierno.
Ingredientes para 4-6 personas:
100 g de castañas tostadas y peladas
750 ml de leche o leche vegetal al gusto
2 cucharadas de miel
1 cucharada de azúcar
1 rama de canela
2 cucharadas rasas de maizena (30g)
Elaboración:
Apartamos 1 vasito de leche
fría donde diluiremos la maizena.
Infusionar la leche con la
canela unos minutos a fuego lento. Retirar la canela y añadir las castañas,
dejando cocer unos minutos más.
Apartar del fuego y triturar
un poco las castañas, pero dejando algunos trocitos para saborearlas mejor una
vez enfriada la crema.
Añadir el azúcar y la maizena
a la leche y llevar a ebullición, removiendo constantemente.
Servir en recipientes
individuales o en una fuente amplia y añadir unos trozos de castañas u otro
fruto seco por encima.
Ø Natillas
de pistacho, lima y romero
Ingredientes para 4
personas:
500 ml de leche o leche
vegetal al gusto (la de coco va muy bien)
1 corteza de lima
75 g de pistachos pelados sin
sal
20 g de azúcar glass
10 g de maizena
3 yemas de huevo
Elaboración:
En primer lugar escaldamos los
pistachos en agua hirviendo durante 1 minuto y a continuación los enfriamos en
agua con hielo.
Los secamos con un paño limpio
y los trituramos con un molinillo de los de café, picadora ó robot de cocina,
junto con 1 cucharadita pequeña de aceite de oliva.
Ponemos la leche a calentar
junto con 1 corteza de lima (sin la parte blanca, ya que amarga) hasta que
hierva y apagamos el fuego.
En un cuenco colocamos la
maizena, el azúcar, los pistachos y las yemas coladas por un colador. Removemos
bien y vamos añadiendo la leche templada sin la lima muy poco a poco hasta que
esté todo bien mezclado.
Devolvemos la mezcla al cazo
donde hemos hervido la leche y lo colocamos dentro de otro con agua hirviendo,
de manera que la mezcla cueza al baño María.
Removemos constantemente con
unas varillas hasta que las natillas espesen.
Servimos en copas o cuencos
individuales y dejamos enfriar en el frigorífico varias horas.
Decorar con unos pistachos
molidos y/o con una ramita de romero.
Ø Para
saber más:
Por: Lati
Escudero
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