También
conocidos como lupinos, ‘chochos’ o saladillos, los altramuces comparten las
virtudes nutricionales de las legumbres y además destacan por su alto contenido
en fibra. Junto con la soja, son una de las que más proteína y grasa saludable
poseen, por lo que se emplea como semilla oleaginosa de la que se puede extraer
aceite. Además de su consumo en salmuera, habitual como aperitivo, podemos
emplearlos en otras recetas.
Al igual que con el resto de legumbres, los altramuces
crudos deben ponerse en remojo en agua fría durante 12h para eliminar los
alcaloides que contienen y su marcado sabor amargo. Después se cuecen en agua
fría limpia con sal, se escurren y se les vuelve a añadir agua con sal. De esta
manera conseguimos altramuces en salmuera que podemos mantener hasta 1 semana
en el frigorífico para usos posteriores, cambiando el agua con sal dos veces al
día.
Para facilitar el proceso también se puede recurrir a
los que ya vienen envasados, teniendo en cuenta su mayor contenido en sal que
los elaborados en casa, por lo que no habrá que cuidar este aspecto a la hora
de sazonar el plato.
Estos altramuces ya cocidos se pueden emplear para una
gran variedad de recetas como ensaladas, sopas, hummus, vinagretas o incluso
imitando el cuscús. De los altramuces también se obtienen harinas, aceites o bebidas
vegetales, siendo la leche de altramuz un buen sustituto de los lácteos en personas con intolerancia a la
lactosa.
Por otra parte, se está extendiendo su consumo como
sustituto de la soja en forma de hamburguesas vegetales y texturizados,
indicado para personas que deban limitar el consumo de soja.
Os animamos a probar alguna de estas recetas, y ¡a
seguir disfrutando de los beneficios de las legumbres!
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