Claves para alimentarse en verano (I)

Por Escuela de Pacientes - 15:25

Con motivo de la invitación de Canal Sur Radio el pasado lunes a acudir a El Público, con Chema Suárez, y que podéis escuchar aquí, recopilamos y ampliamos hoy algunos de los temas que allí tratamos para que podamos seguir disfrutando del verano saludablemente.

Foto: PersonalCreations.com

No abandonar los buenos hábitos

La idea es seguir una dieta equilibrada y saludable similar a la que llevemos a cabo el resto del año, con algunas adaptaciones “de temporada”, sin olvidar las recomendaciones pautadas, siguiendo unos horarios regulares, aunque flexibles. Esto será especialmente importante en el caso de determinadas patologías crónicas.

Para conseguirlo lo mejor es planificar el menú semanal y la compra, para evitar que una vez que lleguemos al supermercado, sucumbamos a precocinados y alimentos indeseables.

La base de la alimentación veraniega debería ser la verdura y la fruta, por su fácil digestión, su alto contenido en agua y nutrientes antioxidantes, como por ejemplo, los betacarotenos presentes en la zanahoria, calabaza y otras frutas y verduras de color amarillo y anaranjado.

Tampoco debemos olvidar las legumbres, que deberían estar presentes en nuestro menú unas 3 veces a la semana. Y que no necesariamente tenemos que consumirlas en platos calientes o de cuchara, sino que podemos prepararlas de múltiples formas: en ensaladas, en patés, en salteados, e incluso en postres. Algunas de estas recetas se pueden consultar aquí.

Consejos a tener en cuenta para evitar las contaminaciones alimentarias
Con la llegada de las altas temperaturas es más frecuente la aparición de enfermedades de transmisión alimentaria, causantes de cuadros de gastroenteritis.
Para una elaboración segura de alimentos conviene tener en cuenta algunos consejos para evitar las contaminaciones alimentarias al cocinar:
1.     Empezar siempre por lavarse las manos.
2.     Lavar adecuadamente las frutas y verduras, dejándolas en remojo unos 5 minutos en agua con vinagre (1 vaso por litro) ó bicarbonato (1 cucharada por litro).
3. No romper la cadena de frío, para enlentecer el crecimiento de los microorganismos.
-En el supermercado emplearemos bolsas isotérmicas.
-No descongelar los alimentos a temperatura ambiente: Sacar el producto del congelador con antelación manteniéndolo a temperaturas de refrigeración ó bien descongelar en el microondas en recipientes adecuados.
-No cocinar grandes raciones para evitar tener que reutilizar o recalentar alimentos si no podemos asegurar su correcta conservación.
4. Evitar las contaminaciones cruzadas
-Separación de alimentos crudos y cocinados en el frigorífico cubriendo con film ó envasando cada producto.
-Las tablas de corte, cuchillos y demás utensilios deben ser lavados inmediatamente después de su uso para prevenir la contaminación entre unos alimentos y otros. 
-El trapo de cocina o bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación. Es preferible usar papel de cocina.
5.  Adecuada cocción de las carnes (sobre todo de aves y carne de cerdo) y huevos. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que alcance un mínimo de 70º C en el centro del producto.
6. Productos en buen estado:
-Consumiremos siempre que sea posible huevos frescos y de garantía.
-En los platos en los que se emplee el huevo sin cocción (mayonesas, merengues, tortillas poco hechas, etc), si no podemos garantizar una adecuada refrigeración, es preferible emplear ovoproductos pasterizados ó sustitutos del huevo. La mayonesa también se puede hacer con leche.
-Evitemos el consumo de leche cruda y quesos crudos “artesanales” no tratados por el calor, de latas abombadas ó productos caducados.
7.     Pronta limpieza y refrigeración del pescado para evitar contaminaciones por anisakis.
-En preparaciones como los boquerones en vinagre ó sushi, hay que congelar el producto durante un periodo mínimo de 24-48 horas.
8. No almacenar muchas cantidades de comida en la despensa: las harinas y legumbres pueden anidar insectos, y los aceites y frutos secos se enrancian muy rápidamente con las altas temperaturas, creando sustancias tóxicas y sabores indeseables.
Todas estas recomendaciones son especialmente importantes en el caso de lactantes y niños menores de 5 años, ancianos, mujeres embarazadas, enfermos crónicos, trasplantados o personas debilitadas.

Por: Lati Escudero

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