La semana pasada hablábamos del auge de la alimentación saludable, y cómo se ha aprovechado esta tendencia,
sobre todo en la industria alimentaria, a la hora del lanzamiento de nuevos
productos…pero la realidad es que aún queda mucho por hacer para afianzar la
moda en una costumbre duradera y real en la práctica. Una forma de conseguirlo
podría pasar por recordar una vez más nuestra dieta mediterránea de siempre, basada, entre otras cosas, en el consumo de
frutas y verduras, pescados, legumbres, productos de proximidad y alimentos no procesados.
Foto: Pixabay |
¿Qué es la dieta mediterránea?
La
Dieta Mediterránea es
una filosofía de vida basada en una
forma de alimentarnos, de cocinar los alimentos, de compartirlos, de disfrutar
de nuestro entorno y nuestro paisaje, de vivir y de relacionarnos con el medio,
de generar arte y cultura, historia y tradiciones vinculados a nuestros
alimentos emblemáticos y su origen. El
término dieta proviene de la antigua palabra griega “diaita”, que significa
estilo de vida. Este concepto define a la perfección el término de la Dieta
Mediterránea, que fomenta la educación en hábitos alimentarios saludables y favorece
las producciones sostenibles.
La Declaración
por la UNESCO de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Humanidad, nos
refuerza en la idea de ser esta una filosofía de vida que apoya y combina
ingredientes de una agricultura ligada al territorio que circunda al mar
Mediterráneo.
Decálogo
del modelo de Alimentación Mediterráneo
1- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición.
2- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres
y frutos secos. Las verduras, hortalizas y frutas son la principal
fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan al mismo
tiempo, una gran cantidad de agua. Es fundamental consumir 5 raciones de fruta
y verdura a diario.
3- El
pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus
productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria por
su composición rica en carbohidratos. Hay que tener en cuenta que sus productos
integrales nos aportan más fibra.
4- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más
adecuados. En el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en
su mejor momento, tanto a nivel de aportación de nutrientes como por su aroma y
sabor.
5- Consumir diariamente productos lácteos,
principalmente yogurt y quesos.
6- La
carne roja se debe consumir con moderación y, preferiblemente, como parte
de guisos y otras recetas. Se recomienda el consumo en cantidades pequeñas, preferentemente carnes magras, y formando
parte de platos a base de verduras y cereales.
7- Consumir
pescado en abundancia y huevos con moderación. Se recomienda el consumo de
pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana. Los huevos contienen
proteínas de muy buena calidad; su consumo tres o cuatro veces por semana es
una buena alternativa a la carne y al pescado.
8- La fruta
fresca es el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse
ocasionalmente. Las frutas aportan color y sabor a nuestra alimentación
diaria y son buena alternativa a media mañana y como merienda.
9- El agua
es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. El vino debe tomarse
con moderación y durante las comidas.
10- Realizar actividad física todos los días.
Ø Para saber más:
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