Aunque
existen muchas versiones posibles, esta receta es muy fácil de preparar y con
el dulzor que aporta la cebolla no hay que añadirle azúcar ni zanahoria. Muchas
veces solemos recurrir a cualquier salsa de tomate para sazonar unos
espaguetis, un arroz a la cubana, unas verduras, etc y es un producto básico que
tenemos siempre en la despensa…pero casi siempre en su formato industrial, a
menudo con azúcares añadidos y no con aceite de oliva… ¿Nos animamos con esta
opción rica en licopenos?
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Ingredientes:
1 kg
de tomates maduros
1
cebolla
2
cucharadas de aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Lavar los tomates y trocearlos
en cuartos.
Introducirlos en una batidora
americana, vaso de batir ó Thermomix.
Triturarlos completamente.
Pelar y cortar una cebolla en
trozos pequeños.
Colocar todos los ingredientes
juntos en una cacerola.
Añadir 2 cucharadas de aceite
de oliva virgen.
Cocer tapado durante 1 hora aproximadamente
a fuego suave, removiendo de vez en cuando.
Probamos, y si fuese
necesario, podemos añadir una pizca de azúcar.
Opcionalmente, podemos
triturar la salsa al final.
Verter en un bote limpio de
cristal y tapar inmediatamente.
Así conservada nos puede durar
unas 2 semanas en el frigorífico.
Si deseamos conservar la salsa
para toda una temporada, porque tengamos por ejemplo un excedente de tomates,
tendremos que esterilizar los botes: una vez llenos hasta arriba y fuertemente
tapados los herviremos al baño maría durante unos 20 minutos. Los dejamos
enfriar, etiquetamos y listo!
Ø Para
saber más:
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