Hace unos días proponíamos recetas con calabacín.
Hoy es el turno de la berenjena; ambas hortalizas están ahora en temporada, y
por lo tanto en su óptimo momento de calidad, valor nutricional y precio. Esta
receta sustituye perfectamente a las tradicionales albóndigas de carne picada,
como propuesta para aumentar el consumo de verduras y disminuir el de carne
roja, siguiendo las recomendaciones
de la OMS.
Ingredientes para unas 15-20 albóndigas
1 berenjena grande
1 cebolla
1 pimiento verde
1 diente de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva
100 g de queso mozarella ó tierno de cabra
100 g de pan rallado
1 huevo
Orégano
Albahaca fresca
Sal (opcional según patologías)
1 puñado de piñones ó nueces troceadas (opcional)
Salsa de tomate casera
Elaboración:
Lavar las verduras y
cortarlas en dados pequeños, dejando la berenjena con su piel.
Colocamos los daditos
de berenjena en un escurridor, añadimos un poco de sal por encima y dejamos
reposar unos 30 minutos. Transcurrido este tiempo, lavamos bajo el grifo para
retirar la sal.
En una sartén amplia
doramos la cebolla, el ajo y el pimiento junto con el aceite de oliva. Cuando
estén blandos y ligeramente dorados añadimos la berenjena en daditos pequeños.
Dejamos que se dore un poco y a continuación bajamos el fuego para que se
cocine lentamente. Cuando la berenjena esté casi deshecha, añadimos el queso en
trocitos, retiramos del fuego y pasamos la mezcla a un bol. Añadimos el huevo y
el pan rallado, sazonamos con el orégano, albahaca u otras especias al gusto y
mezclamos bien.
Dejamos reposar la masa
un rato y formamos bolitas mojándonos las manos para facilitar el proceso.
Colocamos las
albóndigas en una rejilla de horno y las horneamos unos 15 minutos hasta que se
doren. Quedarán un poco crujientes y sin necesidad de freírlas, con las
ventajas que ello conlleva.
Aparte, preparamos una
salsa de tomate casera.
Introducimos las
albóndigas en la salsa y dejamos que cuezan en ella unos 20 minutos a fuego
suave para que los sabores se amalgamen. O preparar de un día para otro.
Servimos las albóndigas
bien calientes p. ej con unas patatas
cocidas ó asadas con su piel ó con quinoa
hervida.
Por: Lati Escudero
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