En este nuevo post os queremos ofrecer algunos consejos recogidos en un estupendo artículo recientemente publicado sobre Grasas y Salud Cardiovascular en la revista “Clínica e investigación en arteriosclerosis”
En él nos recuerdan que los estilos de vida actuales en España y en el resto de Europa fomentan el incremento de patologías crónicas.
El seguimiento de dietas variadas y equilibradas, así como el fomento de la actividad física, son herramientas imprescindibles para la mejora de la calidad y la esperanza de vida de la población.
El consumo de aceite de oliva, en todas sus variedades y posibilidades culinarias, es una buena alternativa como fuente de grasas, siendo también destacable el consumo de ácidos grasos poli-insaturados procedentes del pescado, los frutos secos y los aceites de semillas.
Una vez más, todas las recomendaciones de los expertos pasan, obligatoriamente, por incluir el aceite de oliva en todas sus variedades y posibilidades culinarias.
En lo referente a la grasa de la dieta y la salud cardiovascular concluyen que:
1. La grasa total no debe proporcionar más del 35% de la energía total diaria.
2. Los ácidos grasos insaturados (aceite de oliva, pescados, frutos secos…) deben ser la fuente principal de grasa. Los ácidos grasos saturados (embutidos, carnes grasas, mantequillas ó lacteos no descremados) deben ser inferiores al 10% de las calorías diarias y el colesterol inferior a 300 mg, reduciendo al máximo la presencia de ácidos grasos trans (bollería industrial, snacks comerciales).
3. En España se utilizará preferentemente el aceite de oliva en todas sus variedades y posibilidades culinarias. Otras fuentes de grasas insaturadas podrán ser aceites de semillas y sus derivados, así como pequeñas cantidades de margarinas con menos del 1% de ácidos grasos trans.
4. Para mejorar el perfil graso de nuestra dieta hay que garantizar un aporte adecuado de pescado (al menos, dos veces por semana) y elegir carnes magras. En niños y mujeres embarazadas se procurará alcanzar las tres o cuatro veces semanales, evitando aquellos pescados que contengan concentraciones elevadas de mercurio (atún grande, pez espada, tiburón, etc.).
5. Asimismo, se recomienda el consumo de leches desnatadas y sus derivados. Esta recomendación se extiende a la población infanto-juvenil con exceso de peso o dislipemias.
6. Las preparaciones culinarias deben ser sencillas (hervido, plancha, vapor, etc.).
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