Noviembre
y diciembre son los meses de las excelentes verduras de invierno, como os
contábamos en este post.
Con algunas de ellas os proponemos hoy una lasaña diferente y llena de vitaminas, a la vez que podéis
repasar las propiedades y beneficios de cada verdura pinchando sobre cada una
de ellas. Es una receta un poco laboriosa, pero este puente seguro que nos dejará
algo de tiempo y el resultado es delicioso!
Foto: marlenekzio |
4 cucharadas de salsa de tomate
3-4 dientes de ajo
1 cebolla
200 g de setas
ó champiñones en daditos
1 calabacín
pequeño en daditos
1 berenjena
pequeña en daditos
8 corazones de alcachofa
congeladas ó en conserva
1 bandeja de endivias
8 tallos grandes de pencas
de acelga
100 g de coliflor
Unos 500 g de calabaza
pelada y cortada en láminas
200 g de placas de pasta de
lasaña de espinacas
1,5-2 litros de bechamel
Aceite de oliva
Pimienta, nuez moscada y
orégano
Sal
Queso rallado
Elaboración:
En primer lugar lavamos
todas las verduras muy bien con agua abundante y las secamos. Prepararemos con
ellas el relleno a base de verduras.
Troceamos en primer lugar el
ajo y la cebolla en trocitos muy pequeños.
En una sartén amplia rehogamos con aceite de oliva el ajo y la cebolla, y vamos añadiendo de una en una las siguientes verduras, dejando que todas se doren ligeramente: las setas en daditos, el calabacín en daditos, la berenjena con piel en daditos y finalmente los corazones de alcachofa escurridos y troceados. Sazonamos con sal, pimienta y orégano y reservamos este sofrito.
Lavamos las acelgas
retirando las hojas para otros usos, nos quedamos con los tallos y los cortamos
en rectángulos.
Preparamos un recipiente con
agua hirviendo con sal y cocemos los tallos de las acelgas hasta que estén
tiernos. Los escurrimos en un paño limpio y los reservamos a modo de “placas”
de pasta.
Separamos las hojas de las
endivias, y las cocemos, sólo unos minutos, en la misma agua, escurriendo y
reservándolas bien extendidas en una bandeja también a modo de “placas”.
Coceremos y escurriremos también
las láminas de calabaza cortadas a lo
largo ó en redondo, hasta que se ablanden pero que no se rompan, de
forma que podamos colocarlas extendidas sobre la lasaña.
Foto: nettsu |
Cocemos finalmente la
coliflor hasta que esté blandita, la escurrimos y la incorporamos en trocitos
al sofrito de verduras que preparamos ya anteriormente.
Reservamos el caldo de
cocción de las verduras para emplear un poco en la elaboración de la bechamel.
Finalmente, cocemos las
placas de lasaña en otro recipiente con abundante agua hirviendo con sal y las
escurrimos y reservamos en un paño limpio.
Preparamos la bechamel con
la leche caliente y una pequeña parte del caldo de cocción de las verduras.
Para ello nos harán falta unos 1,5 litros de leche semidesnatada, harina, y
mantequilla ó aceite suave.
Mezclamos la mitad de la bechamel con el sofrito de
verduras y sazonamos al gusto con sal, pimienta negra, orégano ó nuez moscada.
Esta mezcla nos servirá de relleno.
Montaje de la lasaña:
Engrasamos un molde y colocamos en el fondo unas cucharadas de tomate frito. A
continuación colocamos una capa de pasta, una capa de relleno de verduras y una
capa de acelgas y endivias. A continuación, otra capa de relleno y una capa de
calabaza en láminas. Finalmente cubrimos con el resto de relleno, una segunda y
última capa de pasta y cubrimos con la otra mitad de bechamel.
Cubrimos con un poco de queso
rallado y horneamos durante aproximadamente 1 hora a temperatura media de unos 170-180º.
Idealmente se debe preparar
de un día para otro para que los sabores se acentúen.
Servimos templada junto con
una ensalada verde.
En próximos posts aprenderemos a preparar pasta fresca con espinacas y seguiremos haciendo hincapié en la importancia de incluir abundantes verduras
en nuestros platos!
Por: Lati Escudero
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