Estamos en temporada de ciruelas, una fruta con sustancias que favorecen el tránsito intestinal de forma suave, protegen la mucosa intestinal, además de ser ricas rica en fibra soluble. Tanto frescas como secas, son un buen laxante no irritante. Para ello, lo ideal es consumirlas frescas y cuando no estén en temporada, secas, previamente remojadas en un poco de agua. Sus tonos morados y rojos se deben a los antocianos, con acción antioxidante. Si tenemos que aprovechar la abundancia de fruta porque tengamos la suerte de tener un ciruelo generoso a mano podemos elaborar este postre vistoso y muy sencillo.

Foto: alleideen

Ingredientes para 4 personas (4 vasitos o copas individuales)

1/2 kg de ciruelas rojas muy maduras

10 datiles o 4 cucharadas de pasta de datiles

1 cucharada de zumo de limón

400g de queso fresco desnatado tipo quark

1 cucharada de azúcar vainillado

4 cucharaditas de pipas de girasol

1 cucharada de azúcar moreno

Ralladura de naranja y limón

Elaboración:

Lavamos las ciruelas, y si están bien maduras y no están acidas dejamos la piel, las troceamos y las trituramos junto con el zumo de limón y los dátiles deshuesados. Si congelamos un poco este puré antes de servirlo, el postre resultará más refrescante.

Aparte, mezclamos el queso tipo quark con el azúcar vainillada y un poco de ralladura de limón. Si queremos que el postre resulte más dulce, podemos añadir más azúcar o edulcorante al gusto, pero hay que tener en cuenta que las pipas caramelizadas van a aportar dulzor y hacen un buen contraste con el queso. 

Caramelizamos las pipas en una sartén con una pizca de azúcar moreno. Primero dejaremos que el azúcar se derrita, añadimos las pipas peladas, removemos hasta que el azúcar se adhiera bien a ellas y las apartamos del fuego rápidamente (para evitar que se quemen y pierdan parte de sus propiedades nutricionales), extendiéndolas sobre un papel de horno hasta que se enfríen bien. 

Montamos el postre en el orden que queramos, con el puré de ciruelas en la capa de arriba o abajo, según nos guste más.

Justo antes de servir el postre, lo decoramos con unos trocitos de ciruela fresca, un puñadito de pipas caramelizadas y unas hojas de hierbabuena, y ralladura de naranja y limón para disfrutar de los aceites aromáticos de la cáscara. También podemos emplear pistachos u otro fruto seco al gusto, caramelizado o no.

Servimos enseguida. 

Nota: En caso de que busquemos aumentar el valor calórico del postre, podemos añadir una lámina fina de bizcocho en la base del vaso, lo mojamos con zumo de naranja y formamos capas a modo de tiramisú. También podemos sustituir el queso batido desnatado por yogur griego.

Ø  Para saber más:

Consumer: Propiedades de las ciruelas

Consejos para el estreñimiento I y II

Por: Lati Escudero