Se pueden encontrar muchas versiones de
esta receta mediterránea, una especie de empanada, ideal para llevar a un
picnic o al trabajo. La pasta fillo es un buen sustituto del hojaldre ya que no
lleva grasa, siendo un buen recurso en cualquier cocina saludable, sin perder
el toque crujiente, a la vez que da juego para emplearla con casi cualquier
ingrediente dulce o salado.
Foto:
spanakopita
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Ingredientes
para 4 personas (para un molde de unos 25x20 cm)
500
g de espinacas descongeladas y muy bien escurridas
La
parte blanca de 1 puerro
3
dientes de ajo
2
cucharadas de aceite
300
g de queso feta escurrido
4
huevos batidos
1
manojo de perejil con tallo
250
g de pasta fillo
Eneldo
Pimienta
negra
Sal
Elaboración:
En
primer lugar descongelamos las espinacas en el frigorífico sacándolas un día
antes del congelador (no hace falta cocerlas previamente). Cuando estén
completamente descongeladas las escurrimos muy bien apretándolas sobre un
escurridor hasta que no les quede nada de jugo. O bien empleamos espinacas
frescas que saltearemos hasta tener también 500 g de espinacas escurridas.
Aparte,
lavamos y troceamos el puerro en tiras finas y el ajo en daditos pequeños, o lo
pasamos por un prensador de ajos. Salteamos ambos junto con el aceite hasta que
estén dorados.
Añadimos
las espinacas a la sartén, y las sazonamos con pimienta y una pizca de sal (no
demasiada ya que el queso feta es algo salado de por sí). Removemos unos
instantes y apagamos el fuego (no es necesario que dejemos cocer las
espinacas).
Cuando
la mezcla anterior esté tibia o fría, añadimos los demás ingredientes: el queso
un poco desmenuzado, los huevos batidos, el perejil troceado con parte de los
tallos y el eneldo (generosamente).
Precalentamos
el horno a unos 160-170º.
Mientras
tanto extendemos la pasta fillo sobre un paño ligeramente húmedo.
Engrasamos
el molde y lo forramos con la pasta fillo como si se tratara de hojaldre o
cualquier otra masa, de forma que los bordes sobresalgan un poco. Previamente
reservaremos un trozo a la medida del molde para cubrir después el relleno.
Cubrimos
la masa con el relleno y tapamos con el resto de masa doblando hacia dentro los
rebordes. Humedecemos un poco la masa salpicándola con unas gotas de agua.
Finalmente la untamos con aceite de oliva con ayuda de un pincel, y los bordes
también para facilitar su manejo.
Horneamos
el pastel durante unos 45-50 minutos, tapando con un poco de papel de aluminio
o de hornear, que retiraremos en los últimos 5-10 minutos hasta que la masa
adquiera un bonito tono dorado.
Dejamos
enfriar un poco antes de cortar y servir, o bien dejamos enfriar completamente
y lo servimos frío.
Acompañamos
con una ensalada de pepino, yogur y
menta, como la que os proponíamos en este
post.
NOTA:
También se pueden elaborar triangulitos individuales muy fácilmente, cortando la
masa en tiras y doblando hacia los lados varias veces. Después los pintamos con
aceite y los horneamos hasta que estén dorados.
Foto: bindifryñ |
Algunas
versiones de la receta también añaden nueces al relleno u otro tipo de verduras
de hoja verde.
Por: Lati Escudero